De blancos y marrones

Lo cierto, como la mayoría de las veces que me pongo a escribir, es que no sé ni que decir (no siempre es así, eh?). Me he puesto porque estoy haciendo tiempo para ver si me viene el sueño, y de paso para no dar la impresión que tengo abandonado el blog (que mal me ha quedado), que últimamente estoy un poco "out". Hoy a mediodía había quedado en un pueblecito del Pirineo para darnos una vueltecita por la montaña, más marrón (de seca) que blanca (de nevada), ni siquiera verde (consecuencia del agua). Hoy (ayer) ha entrado la primavera (que las hormonas altera). El clima anda algo loco; y después de un invierno sin frío ni nieves, anuncian para este fin de semana frío, nieves y viento; eso sí, mucho viento, que en el Pirineo cuando nieva tiene que ir acompañado de mucho viento (debe ser por eso de la diversidad - zonas marrones/acumulaciones de blanco ... pá quitar y poner esquís y llevar en el cuerpo el miedo a los aludes). En fiss, que como yo hoy trabajaba y mis admirados montañeros salían por la mañana para volver mañana (sin redundancia) he decidido quedarme; y si mañana (esta vez sí ... la redundancia) amanezco temprano, igual voy a observar las tiras de blanco en medio de los marrones; y si aguanto unas horas de más, tal vez compruebe la credibilidad de los meteorologos y, por casualidades de la vida, tenga la ocasión de ver todo gris con balas de algodón blancas pasando y chocando a toda velocidad alrededor y en mi cuerpo.

(pues ni así me entra el sueño)