"Refrescándose los piés". Hace calor, mucho calor. Es duro estar todo el día buscando hierba fresca, siempre caminando, siempre con la cabeza rastreando el suelo. Un buen descanso con los piés en remojo en esta cristalina agua las hace sonreir, aprovechan para unir lazos.
No sé porqué pero ésta es la imágen que ha quedado para el bazar de la Vida. Recuerdo que fue una escapada relámpago en la que casi nos ponen a dormir a la intemperie. Llegamos en tren un viernes después de caminar unos dias por el Camino de Santiago, como hasta el lunes no trabajábamos, y no nos apetecía volver a la rutina, fue llegar a casa, vaciar la mochila y volverla a llenar, coger el coche y rumbo a la Vall de Bohí, caminar un par de horas y presentarnos en el refugio del Estany Llong al anochecer, el guarda del refugio que no nos quiere dejar quedar a dormir por no haber avisado que subiámos, no importa, haremos vivac, ni se os ocurra, estáis en un Parque Nacional y eso se multa con 300 euros, pues déjanos dormir en el refugio, aunque sea en el comedor, no nos importa, bueno, esperad a que la gente acabe de cenar y a ver si queda alguna colchoneta libre, esto ... ¿nos darías de cenar?
Cenamos y dormimos como montañeros normales, nos levantamos, desayunamos y p'arriba que vamos. Desde el Pic del Portarró observamos unos puntitos formando una línea perfecta en el borde del Estany Llong, según descendíamos los puntitos iban adquiriendo volumen hasta tomar forma de ... vacas! Nos acercamos y no se inmutan, perfectamente alineadas, la mayoría miran hacia la orilla por donde llegamos, excepto dos o tres grupitos formados por dos o tres vacas que nos muestran sus traseros. Las que nos ven venir van girando lentamente la cabeza hacia nosotros y nos observan, se callan, nos estudian ... las que miran en dirección opuesta continuan con su amigable conversación sin que nuestra presencia les perturbe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario